¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?...
Definitivamente no. El aprendizaje es sin duda una gran responsabilidad y debe tomarse con la seriedad que requiere. Existen procesos en los cuales se producen masivamente artículos o bienes que si no son de utilidad o no cumplen con ciertos estándares de calidad, simple y sencilamente se desechan y el problema se acaba; los que estamos inmersos en la educación somos parte de la formación de personas con requerimientos, necesidades y aspiraciones que bien pueden servirle para la vida y si no relizamos responsablemente nuestra labor, puede originar la reproducción de personas mediocres, sin iniciativa, condenados al sufrimiento y la desesabilidad social, de ahí la importancia que representa la capacitación y actualización contínua que toda persona inmersa en este proceso debe poseer.
Es importante articular la tendencia académica y la operacional, de tal forma que se sirvan mutuamente, incorporando modelos educativos tradicionales que principalmente aportan conocimientos pero que son el punto de partida para los requerimientos actuales, siempre y cuando se considere formar individuos polifuncionales, con herramientas básicas utilizables en diversos contextos.
Ante ello, debemos considerar un cambio actitudinal para tomar con seriedad y vocación estas acciones que deben estar encaminadas a dotar de herramientas, habilidades, actitudes y destrezas a las personas que nos depositan su confianza y que son necesarias en esta aldea mundial que continuamente está cambiando. Debemos pasar de actores pasivos a actores activos si no queremos quedar rezagados en esto que seguramente nos apasiona y obliga a estar en condiciones para enfrentar los retos que estén por venir.
Indudablemente estamos en el camino adecuado para lograrlo, el estar en esta especialidad refleja el compromiso que adquirimos y seguamente será buscando un beneficio mútuo entre alumno/docente que nos permitirá, encontrar un equilibrio momentáneo dentro del proceso educativo, momentáneo, por que la educación es un proceso vivo que continuamente está en cambios, lo cual oxigena y permite enfrentar nuevos retos pero ahora, con nuevas y mejores herramientas que nos permitirán hacerle frente buscando en todo momento formar y ser personas de éxito.
Juan Martínez Vázquez
Definitivamente no. El aprendizaje es sin duda una gran responsabilidad y debe tomarse con la seriedad que requiere. Existen procesos en los cuales se producen masivamente artículos o bienes que si no son de utilidad o no cumplen con ciertos estándares de calidad, simple y sencilamente se desechan y el problema se acaba; los que estamos inmersos en la educación somos parte de la formación de personas con requerimientos, necesidades y aspiraciones que bien pueden servirle para la vida y si no relizamos responsablemente nuestra labor, puede originar la reproducción de personas mediocres, sin iniciativa, condenados al sufrimiento y la desesabilidad social, de ahí la importancia que representa la capacitación y actualización contínua que toda persona inmersa en este proceso debe poseer.
Es importante articular la tendencia académica y la operacional, de tal forma que se sirvan mutuamente, incorporando modelos educativos tradicionales que principalmente aportan conocimientos pero que son el punto de partida para los requerimientos actuales, siempre y cuando se considere formar individuos polifuncionales, con herramientas básicas utilizables en diversos contextos.
Ante ello, debemos considerar un cambio actitudinal para tomar con seriedad y vocación estas acciones que deben estar encaminadas a dotar de herramientas, habilidades, actitudes y destrezas a las personas que nos depositan su confianza y que son necesarias en esta aldea mundial que continuamente está cambiando. Debemos pasar de actores pasivos a actores activos si no queremos quedar rezagados en esto que seguramente nos apasiona y obliga a estar en condiciones para enfrentar los retos que estén por venir.
Indudablemente estamos en el camino adecuado para lograrlo, el estar en esta especialidad refleja el compromiso que adquirimos y seguamente será buscando un beneficio mútuo entre alumno/docente que nos permitirá, encontrar un equilibrio momentáneo dentro del proceso educativo, momentáneo, por que la educación es un proceso vivo que continuamente está en cambios, lo cual oxigena y permite enfrentar nuevos retos pero ahora, con nuevas y mejores herramientas que nos permitirán hacerle frente buscando en todo momento formar y ser personas de éxito.
Juan Martínez Vázquez